ALCACHOFAS DE BENICARLO CON CONEJO AL AJILLO
El conejo al ajillo es una de esas recetas que me devuelven a la infancia; además de ir a comerlo a un restaurante famoso por ser ésta su especialidad (que no comento porque creo que ya no existe... una pena) mi madre, #MamaCarmen, aficionó a prepararlo en casa, y claro, ha ido perfeccionando la técnica. Con el punto de ajo, hierbas, conejo o pollo, y una salsa de esas peligrosas, porque te puedes comer una barra entera.
Siempre lo he comido acompañado de patatas fritas, de las caseras, que son siempre un recurso delicioso, pero como hemos tenido la suerte de recibir una caja enterita de alcachofa de Benicarló, le hemos cambiado la guarnición, y creo que a partir de este momento, se va a convertir en la preferida en casa.
La Alcachofa de Benicarló tiene su zona de producción en la parte norte de la provincia de Castellón, en la comarca del Baix Maestrat (Benicarló, Càlig, Peñíscola y Vinaròs). El Mediterráneo ejerce un efecto benefactor que permiten que la alcachofa se desarrolle consistente, redonda y compacta.
La denominación de origen “Alcachofa de Benicarló” y su reglamentación específica, fue aprobada en 1998. En 2003 fue declarada Denominación de Origen Protegida (DOP) por la Unión Europea. Gran parte de este reconocimiento obedece al buen hacer tradicional del agricultor de la zona, que generación tras generación ha sabido trabajar con empeño y esmero estas tierras que siempre destacaron por la calidad de sus productos. Y una estricta reglamentación que controla todo el proceso de elaboración de la Alcachofa de Benicarló.
¿Sabías que los romanos la consumían con cilantro, vino, aceite de oliva y «Garum», la célebre salsa de pescado que producían en la Península Ibérica? Hasta el siglo XV no se conocerá en otros países europeos, extendiéndose la leyenda sobre hipotéticos efectos afrodisíacos.
La alcachofa es un cardo grande como indican las raíces árabes de su nombre «espina de tierra». En España la variedad más cultivada de alcachofa es la denominada «Blanca de Tudela» que se caracteriza por ser de forma oval, más bien pequeña, compacta y verde. En otoño e invierno es cuando la alcachofa se comercializa en fresco, aunque es en primavera cuando ofrece la mayor cosecha.
La alcachofa proporciona una cocina sana, variada y equilibrada, propia de la dieta mediterránea. Son incontables las recetas en las que, de siempre ha intervenido. Desde los platos tradicionales, a la nouvelle cuisine. Actualmente se realizan infinidad de recetas dulces, saladas, helados e incluso una cerveza elaborada con alcachofa.
Para disfrutar de todo su sabor la alcachofa debe consumirse fresca, entre octubre y junio: debe ser pesada, sus hojas deben ser flexibles, resistentes y estar muy apretadas unas con las otras.
La alcachofa tiene muy pocas calorías, regulan el nivel de colesterol. La toleran bien incluso los diabéticos. Contiene calcio, hierro, vitamina A, vitamina B1 y vitamina C.
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Durante los meses de enero, febrero y marzo, en Benicarló se realizan diferentes actividades que giran en torno a la alcachofa. Las Jornadas de Pinchos de la Alcachofa, en las que bares y restaurantes de Benicarló preparan tapas especiales, una Torrà popular de alcachofas en el centro de la ciudad, la Demostración Gastronómica de la Alcachofa de Benicarló o las Jornadas Gastronómicas de la Alcachofa, en las que restaurantes de la zona preparan menús especiales con esta deliciosa verdura.
INGREDIENTES
1 conejo limpio troceado
2 cabezas de ajos
250 ml de vino blanco
300 ml de agua
125 ml de aceite de oliva
8-10 alcachofas de Benicarló
zumo de 1 limón
sal
pimienta
1 ramita de romero fresco (1 cucharadita de romero seco)
1 ramita de tomillo fresco (1 cucharadita de tomillo seco)
ELABORACIÓN
Una vez limpio y troceado el conejo (podemos pedir en la carnicería que lo hagan) lo salpimentamos y lo doramos en una sartén con el aceite de oliva y una cabeza de ajos sin pelar hasta que esté bien doradito.
Retiramos de la sartén el conejo y los ajos. Reservamos la sartén con el aceite.
En un mortero chafamos la otra cabeza de ajos, esta vez pelados y picados, con un poco de sal, el romero y el tomillo. Vertemos el majado en la sartén reservada y sofreímos dando vueltas con una cuchara hasta que los ajos empiecen a tomar color.
Añadimos el conejo y los ajos reservados a la sartén y removemos bien.
Vertemos el vino blanco y dejamos cocer a fuego fuerte 2-3 minutos hasta que se evapore el alcohol, y añadimos el agua. Tapamos con una tapa de agujeros y dejamos hervir a fuego lento hasta que el agua se evapore y se quede una salsita un poco espesa. Mas o menos unos 30 minutos.
Mientras preparamos las alcachofas. Retiramos las hojas exteriores hasta que veamos las hojas más claras. Quitamos el rabito si queremos, aunque podemos dejarlo bien pelado, es delicioso). Cortamos la parte superior de la alcachofa con un cuchillo (unos 2 dedos). Las cortamos por la mitad, y cada mitad en tres trozos.
En una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva, salteamos las alcahofas con un poco de sal, hasta que empiecen a dorarse. Les añadimos el zumo de limón, removemos bien y retiramos del fuego.
Cuando queden unos 10 minutos para terminar el conejo, añadimos las alcahofas a la sartén, damos unas vueltas con cuidado con una cuchara, y dejamos que se cuezan juntos.
Para servirlo, en cada plato ponemos unos trozos de conejo, las alcachofas y la salsa con los ajos, por encima. Podemos decorar con una ramita de romero o tomillo, y rallar un poco de piel de limón por encima.
➡ Para aligerar el plato, podemos reducir la cantidad de aceite de oliva y a la hora de servirlo, no añadir la salsa. El conejo y las alcachofas, son dos productos con poca cantidad de calorías y bajos en grasas.
INGREDIENTES
1 conejo limpio troceado
2 cabezas de ajos
250 ml de vino blanco
300 ml de agua
125 ml de aceite de oliva
8-10 alcachofas de Benicarló
zumo de 1 limón
sal
pimienta
1 ramita de romero fresco (1 cucharadita de romero seco)
1 ramita de tomillo fresco (1 cucharadita de tomillo seco)
ELABORACIÓN
Una vez limpio y troceado el conejo (podemos pedir en la carnicería que lo hagan) lo salpimentamos y lo doramos en una sartén con el aceite de oliva y una cabeza de ajos sin pelar hasta que esté bien doradito.
Retiramos de la sartén el conejo y los ajos. Reservamos la sartén con el aceite.
En un mortero chafamos la otra cabeza de ajos, esta vez pelados y picados, con un poco de sal, el romero y el tomillo. Vertemos el majado en la sartén reservada y sofreímos dando vueltas con una cuchara hasta que los ajos empiecen a tomar color.
Añadimos el conejo y los ajos reservados a la sartén y removemos bien.
Vertemos el vino blanco y dejamos cocer a fuego fuerte 2-3 minutos hasta que se evapore el alcohol, y añadimos el agua. Tapamos con una tapa de agujeros y dejamos hervir a fuego lento hasta que el agua se evapore y se quede una salsita un poco espesa. Mas o menos unos 30 minutos.
Mientras preparamos las alcachofas. Retiramos las hojas exteriores hasta que veamos las hojas más claras. Quitamos el rabito si queremos, aunque podemos dejarlo bien pelado, es delicioso). Cortamos la parte superior de la alcachofa con un cuchillo (unos 2 dedos). Las cortamos por la mitad, y cada mitad en tres trozos.
En una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva, salteamos las alcahofas con un poco de sal, hasta que empiecen a dorarse. Les añadimos el zumo de limón, removemos bien y retiramos del fuego.
Cuando queden unos 10 minutos para terminar el conejo, añadimos las alcahofas a la sartén, damos unas vueltas con cuidado con una cuchara, y dejamos que se cuezan juntos.
Para servirlo, en cada plato ponemos unos trozos de conejo, las alcachofas y la salsa con los ajos, por encima. Podemos decorar con una ramita de romero o tomillo, y rallar un poco de piel de limón por encima.
➡ Para aligerar el plato, podemos reducir la cantidad de aceite de oliva y a la hora de servirlo, no añadir la salsa. El conejo y las alcachofas, son dos productos con poca cantidad de calorías y bajos en grasas.