Los productos de temporada inundan la nueva carta de Rocacho
- Carnes exclusivas de la Bodega El Capricho (León), los mejores pescados de Pescaderías Coruñesas, productos de la huerta y arroces conviven con los ingredientes tendencia
Rocacho nació en pleno barrio de Chamartín hace tan solo unos meses. Lo hizo con una propuesta basada en los sabores tradicionales de siempre. Unas texturas que, elaboradas a fuego lento en sus características brasas, no solo se han hecho un hueco en la ruta gastronómica de la cocina clásica de Madrid, sino que se ha convertido en una propuesta imprescindible en el día a día de la capital.
Con una trayectoria cada vez más reconocida dentro del panorama gastronómico madrileño, Rocacho (Calle Padre Damián 38) ya es para muchos un “imprescindible” que ha sabido ampliar su carta a nuevos ingredientes como el kimchi, un delicioso complemento de Corea que sirve de acompañamiento a arroces y platos principales, y ha sido integrado en recetas de temporada como los tacos de cangrejo de cáscara blanda con aguacate y emulsión de kimchi.
Una carta llena de reminiscencias otoñales donde las anchoas del Cantábrico sobre pan de cristal con tomate, las croquetas o la lasaña de gamba roja a la brasa conviven con entrantes como las Sardinas marinadas sobre un sofrito de tomate y pesto con parmesano. Donde los productos de la huerta se elaboran lentamente al carbón para dar paso a los arroces y fideuás tan propios de este rincón antes de que entren en escena el mar – con recetas como la Merluza de pincho con la ajada Rocacho, el Lomo de atún rojo o el Pitxín, y por supuesto las carnes leonesas de El Capricho, donde el Carpaccio de entrecot de buey madurado, el Steak tartar de buey o el Solomillo de vaca son solo algunas de las propuestas.
No hay que olvidar sus aperitivos, presentes en la nueva carta con recetas como los buñuelos de cecina. Todo regado con una extensa carta de hasta 50 vinos tanto de las principales Denominaciones de Origen españolas como procedentes de los mejores viñedos del mundo. Mención especial merece también la sangría ibicenca de cava, que marida a la perfección con una propuesta gastronómica auténtica que vuelve a los sabores de verdad.
De principio a fin la carta de este espacio gastronómico sigue situando la calidad y cuidada elaboración de sus postres a la altura de los platos principales. Imprescindibles son tanto la Pantxineta o la torrija de pan de leche con helado de turrón.
Con sus distintas cartas, para comer o para picar, la cocina de Rocacho permanece abierta a lo largo de toda la jornada.
Su cuidada decoración va en sintonía con el resto del proyecto, predominando los materiales puros como la roca que da nombre al local y que destaca en la majestuosa barra que recibe al visitante para dar paso a un comedor donde la combinación del bronce, la madera y las telas dan como resultado un ambiente acogedor y contemporáneo pero sin estridencias.
La terraza acristalada de Rocacho, conecta el restaurante con el exterior y lo inunda de luz natural, convirtiéndose en el mejor lugar para desconectar del trabajo y disfrutar de una copa o picoteo entre amigos de la manera más informal. Sus originales cócteles y su selección de champanes y destilados pondrán la guinda a cada momento único vivido en este nuevo templo de la cocina tradicional española.