Buscando el auténtico sándwich de jamón cocido con queso y sus variantes


Buscando el auténtico sándwich
de jamón cocido con queso y sus variantes





Estos días atrás recordaba con un amigo, sándwich mixto en mano, lo bien que saben éstos cuando los ingredientes son de calidad: sobre todo un buen jamón cocido, un queso graso y fundente y una mantequilla de calidad. El sabor y la jugosidad de un buen mixto o biquini es difícil de encontrar hoy día en cualquier local, aunque hay excepciones, y de eso mi amigo sabía mucho. Y como en temas de gastronomía no lo gana nadie, me recordó las dos variantes de este clásico: el croque Monsieur y el croque Madame.

Mixto, croque Monsieur o Madame, son tres de los clásicos y añorados bocados de la infancia, tan recurridos para las cenas de mi atareada madre, y un regalo para los sentidos y nuestras papilas gustativas. Como hacía mucho, mucho tiempo que no los probada y con los recuerdos recuperados por las palabras de mi amigo, de vuelta a casa, he decidido rendir(me) un homenaje de los buenos y prepararlos en casa. 


Lo primero, ¿qué diferencia hay entre uno y otro? El origen del Sándwich Mixto se remonta a finales del S XIX en EE.UU, y su elaboración es simple; dos rebanadas de pan de molde untadas con mantequilla por las dos caras, con lonchas de jamón cocido o York y queso, tostado en la plancha o tostadora hasta que queda dorado, crujiente y con el queso fundido.

El Croque Monsieur, más contundente y con más aporte calórico, se remonta a 1910, año en el que aparece por primera vez en la carta de un café de París; entre dos rebanadas de pan de molde untadas con mantequilla, se intercalan lonchas de jamón cocido y de queso emmenthal o gruyere, y tras pasar por la plancha o tostadora, se cubre con bechamel, más queso emmenthal o gruyere rallado y se gratina hasta que el queso se dore y se funda. 


La tercera versión es el Croque Madame, un sándwich también de origen francés, de pan de molde untado con mantequilla, relleno con jamón cocido y queso gruyere, tostado y coronado con un huevo frito (cuando la yema se rompe e impregna el sándwich, es como tocar el cielo!). 


Antes de ponernos manos a la obra, insisto en la calidad de los ingredientes básicos que vamos a utilizar y que marcan la diferencia de sabores:

· La mantequilla, me gustan las que tienen DOP de Soria, y las francesas y holandesas buenas, que puedes encontrar en casi todos los supermercados hoy en día; la diferencia en la calidad de las grasas, el olor y el sabor es enorme.

· El queso es importante que se derrita bien y no tenga exceso de agua. Olvida los tranchetes y busca un buen queso emmenthal, gruyere, o un queso suave de leche cruda de vaca, que te garantizará un buen acabado.

· En cuanto al jamón cocido o de York, busca precisamente ésto y no fiambre de jamón; el jamón cocido de calidad, no lleva féculas, no tiene exceso de agua y además del sabor, la calidad de las proteínas es mucho mejor. Lo difícil es encontrarlo artesanal, por lo que opto por los de Campofrío, tienen variedad de formatos y sobre todo, no sueltan agua y tienen muy buen sabor. Me gusta comprarlo al corte, un poquito grueso y utilizar una rebanada por sándwich.

· En cuanto al pan de molde, blanco, con corteza y no demasiado grueso.

Otro apunte. Nada de sandwichera, el acabado de una plancha o sartén bien caliente no lo iguala nada. Haz la prueba!




(imágenes de Pinterest)