MAKRO presenta a bloggers de diversos ámbitos el proyecto ALMA MAKRO
- La compañía apoya a una selección de pequeños productores del sector primario que elaboran productos auténticos, llenos de ‘alma’ y de sabor
- MAKRO lanza el vídeo ‘El Último Día’ en el que el ganadero cántabro Ángel Pérez, uno de los protagonistas, explica la iniciativa de Responsabilidad Social
MAKRO presentó ayer ante bloggers de diversos ámbitos y sectores el proyecto ALMA MAKRO. Esta iniciativa de responsabilidad social apoya a una selección de pequeños productores locales del sector primario. El vídeo ‘El Último Día’ fue proyectado en la Fundación El Olivar de Castillejo de Madrid, para explicar la importancia y el impacto tan positivo de este proyecto en pequeños productores que ven garantizada su continuidad, gracias a ALMA MAKRO.
Ángel Pérez, uno de los productores locales de ALMA MAKRO, es el protagonista de este vídeo que muestra el proyecto de responsabilidad social impulsado por la compañía MAKRO. El ganadero cántabro explica la pasión que siente por sus bueyes tudancos y su lucha diaria por seguir trabajando con sus animales, produciendo alimentos autóctonos, auténticos y llenos de sabor y de ‘alma’, para que lleguen a la Hostelería. Como él, otros productores de ALMA MAKRO estuvieron presentes en este acto de lanzamiento del proyecto.
ALMA MAKRO es una iniciativa de responsabilidad social que apoya a una selección de pequeños productores locales de nuestro país, permitiéndoles producir alimentos auténticos de la forma más tradicional para que estos productos lleguen a la hostelería. La iniciativa favorece la supervivencia o el impulso de pequeños negocios familiares dedicados al sector primario, que cultivan y elaboran alimentos como se producían años atrás. Los protagonistas del proyecto son agricultores, ganaderos y pescadores que movidos por el amor a sus orígenes luchan cada día por mantener la calidad y el sabor de sus productos trabajando de forma artesanal. Muchos de ellos estuvieron presentes en la Fundación El Olivar de Castillejo. Los asistentes pudieron probar el sabor de sus alimentos originarios, entre los que se encuentran: carnes, embutidos, frutas, verduras, alimentación seca, pescados y mariscos de distintos lugares del país.
Para MAKRO esta iniciativa es su gran compromiso social con el sector primario. Los productos que forman parte de ALMA MAKRO son ya comercializados sin ánimo de lucro en los centros MAKRO, sujetos a disponibilidad geográfica y estacional. Además MAKRO adelanta recursos económicos para ayudar a estos productores en la elaboración de los productos.
La iniciativa tiene como hashtag #AlmaMAKRO para que cualquiera pueda dar sus opiniones.
Para visualizar el VÍDEO puedes hacerlo en: http://www.makro.es/public/Home/Catalogo-makro/Alma-Makro
LOS PRODUCTORES ALMA MAKRO
- Fernando Alcázar, Aranjuez, Madrid. Fresas, fresón, tomate, tomate rosa, espárrago y alcachofas
- Cooperativa Agraria ASOMA (Azafrán Solidario de la Mancha), Villacañas, Toledo. Azafrán
- Miguel Conejo, Álora, Málaga. Chivo Lechal Malagueño
- Armando José Padrón, Tacoronte, Tenerife. Cebolla Guayonge
- Ángel Pérez, Herrera de Ibio, Cantabria. Buey de Tudanco
- Jorge Martín, Riaza Segovia. Miel de Roble
- Hermenegildo Aranda, Pulgar, Toledo. Chorizo Sorta, morcilla choricera, tasajo ibérico, cabecero ibérico, chicharrones, lacón ibérico y paté ibérico
- José Manuel Blanco (Quesería D´onao), Cangas de Onís, Asturias. Queso de Gamoneu del Valle
- Manuel González, Santa Brígida, Gran Canaria. Cochino Negro y cordero Pelibuey
- Cofradía San Xosé de Cangas, Islas Cíes (Galicia). Percebes y navajas
MANIFIESTO ALMA MAKRO
Volvamos a poner alma a las cosas que hacemos.
Volvamos a poner alma cada día, cada mañana, cada segundo a lo que cultivamos, a lo que criamos, a lo que producimos. Volvamos a poner alma.
Volvamos a tocar la tierra, la hierba, el barro con nuestras manos. Bajemos de los tractores, salgamos de esas naves gigantes de hierro, apaguemos los ordenadores y volvamos a hacer las cosas igual que las hacían nuestros padres, abuelos, vecinos. Volvamos a hacer las cosas con alma.
Olvidemos el margen de beneficio, olvidemos nuestra vanidad, olvidemos nuestro ego. Y volvamos a llorar cuando nos separamos de lo que hemos criado, a no dormir por ese granizo que puede caer, a madrugar y desayunar en la soledad de tu cocina antes de salir con la luna aún en el cielo.
Volvamos a mancharnos, a sudar, a agrietar nuestras manos para sacar adelante un puñado de azafrán, unos pocos kilos de fresas, dos o tres bueyes.
Muchos dirán que estamos locos. Que no tenemos futuro. Que vivimos del recuerdo, que la tradición no puede vivir en nuestros días. Pero solo unos pocos sabemos que eso que hemos hecho tiene un ingrediente maravilloso, casi mágico.