Q de Barella:
La expresión creativa de un chef sobresaliente
Hace muchos años que conozco a Quique Barella. No es una relación de amistad, pero sí de aprecio. Lo he entrevistado en alguna ocasión y además tuve la suerte de disfrutar de su buena mano en el restaurante el Alto de Colón cuando él estaba al frente de sus fogones. Nunca me defraudaron sus maneras y tampoco su concepción de lo que debe ser una cocina de mercado en la que el producto es pieza clave y fundamental de un entramado culinario que destaca por su imaginación, talento y una enorme dosis de trabajo.
Porque si algo distingue a este cocinero nacido en el Grao de Valencia, uno de los cinco nominados como Cocinero Revelación de España en la edición del Congreso Internacional “Madrid Fusión 2008”, es que es un trabajador nato, una persona que vive por y para la cocina, y eso se nota en su interesante periplo profesional ya que se ha formado en excelentes restaurantes, aprendiendo de los mejores: El Celler de Can Roca de Girona, el Café Oriente de Madrid, en Ca Sento, con su buen amigo Raúl Aleixandre y por supuesto, no olvidemos los seis años pasados como Chef Ejecutivo del Grupo El Alto, donde forjó su merecida fama y su prestigio actual en Valencia gestionando los restaurantes: El Alto de Colón, Bamboo y Mar de Bamboo.
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| Elsa Fuillerat y Quique Barella |
Pronto hará dos años desde que Quique Barella y su esposa Elsa Fuillerat decidieron comenzar una nueva andadura y abrieran el restaurante Q de Barella en la calle Finlandia, muy cerca del campo de fútbol del Mestalla. Allí, en un espacio donde prima la luz y la modernidad Quique da rienda suelta a una cocina brillante con una concepción honrada y respetuosa con la materia prima que utiliza.
En su carta, un compendio de clarividencia gastronómica con una fuerte impronta mediterránea, en la que abunda una materia prima de primerísima calidad, podemos encontrar platos extraordinarios y vanguardistas como el gustoso ceviche de pez mantequilla con tramusos, las sorprendentes cocochas de bacalao con coliflor y ajo negro o un plato único como la llisa a la llama con berenjena ahumada y migas marineras.
Los amantes de las buenas carnes podrán gozar con la presa D.O. Teruel con hinojo y naranja o la costilla de ibérico glaseada con remolacha, y los admiradores del pescado, con la buena mano de Quique en platos como la merluza con pak choi y sopa de galeras y la excelente corvina con encebollado de calamar.
Y para los que siempre se dejan un espacio para el postre, lo más indicado son las torrijas de horchata con helado de canela o la deliciosa Crème brûlée.
Barella además tiene una extraordinaria mano con los arroces y en la carta diariamente podrá encontrar el que más se ajuste a sus gustos. Elabora algunos como el de navajas y ajos tiernos que sorprende por su perfecta combinación de sabores, también está muy bueno el de pollo, setas y alcachofas o el gustosísimo meloso marinero.
La carta de vinos mima especialmente los cada vez más notables vinos valencianos. Es fácil encontrar propuestas de Bodegas Hispano Suizas, Vegalfaro o Dominio de la Vega. Pero también cuenta con una interesante colección de cavas y champagnes, Riojas y Riberas del Duero.
Al margen de la carta, Quique Barella propone dos menús; el denominado Jocs de Cuina XL: Tres entrantes, pescado, carne y dos postres a un precio de 39.50 euros y el Menú Ejecutivo, que se sirve de lunes a viernes al mediodía, compuesto de dos entrantes al centro, plato principal y postre por 18 euros.
El día que comí en su casa probé este último menú, y pude disfrutar de un guacamole con anchoas, ceviche de corvina con manzana Granny Smith, crema de calabaza con sardina ahumada y sésamo negro y un arroz meloso de costilla. Como postre un estupendo crème brûlée con sorbete de naranja amarga.
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| Guacamole con anchoas y Ceviche de corvina con manzana Granny Smith |
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| Crema de calabaza con sardina ahumada y Arroz meloso de costilla |
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| Crème Brûlée con sorbete de naranja amarga |
Pude fijarme en la vajilla, con piezas modernas y originales y también percatarme de la discreción y el excelente savoir-faire de Elsa Fuillerat en sala y de la sabiduría de Silvina, una inteligente y discreta porteña que sabe mucho de vinos.
Q de Barella es un buen restaurante, Un lugar al que se regresa porque se reconoce inmediatamente un buen trabajo, una innovación continua y un enorme respeto y amor por la gastronomía. Yo volveré, y si ustedes no han estado todavía les recomiendo que no se lo pierdan porque no hay muchos restaurantes como Q de Barella en Valencia.
Con nombre propio - Autor: José Manuel Torres Morán
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