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Ayer estuvimos en el Restaurante El Refugio, en Valencia. Una visita
pendiente y aplazada varias veces... Pero ha merecido la pena; un
espacio singular, pocas mesas, acogedor y con mucho mérito, mucho, sobre
todo después de ver la pequeña cocina en la que elaboran todas las
recetas.
Está situado en el centro histórico de Valencia, en el Barrio del Carmen, quizá el más singular y famoso de la cuidad. No se puede decir que se conoce la esencia de Valencia si no se conoce
este barrio; el más castizo y bullanguero, quizás es el superlativo de
lo que en general es toda la ciudad. Su plaza central, a la que afluyen
las calles de mayor movimiento mercantil, y las del ocio, donde están
los espectáculos, bares y restaurantes más acreditados, presenta el más
vivo espectáculo. Las terrazas de los cafés, los puestos de flores, los
escaparates, y el continuo ir y venir hasta la noche hacen de este
barrio un atractivo especial.
Me ha sorprendido la cantidad de
extranjeros que vienen a comer cada día. Se cumple el dicho: no ser
profeta en tu tierra. Italianos, ingleses, japoneses, rusos, variedad
cultural alrededor de la mesa, todos encantados con la visita,
recomiendan el sitio cuando regresan.
La carta tiene la justa medida, para no perderse demasiado.
Es fácil
elegir un plato que te guste, y con un especial para vegetarianos,
cambia continuamente.
Hacen una cocina mediterránea fusionada con
toques asiáticos, sudamericanos, pero con buena esencia y muy sabrosa.
El mérito, de Rocio, entre fogones toda la vida. Y de Paco, en la sala,
risueño y atento. Y, por supuesto, de los cocineros, Selene García y Sergio Cerveró, buenos, buenos, nos prepararon una comida deliciosa!!
La carta de vinos y licores sorprendente. Vinos acordes a la carta y al alcance de cualquier bolsillo, y la posibilidad de conseguir caldos realmente exclusivos. El secreto, lo reservamos. Y si después de comer quieres tomarte una copa, más sorpresas: desde un clásico gintonic con un toque de canela, hasta un orujo de jengibre, algarroba o un licor de uva helada. Seguro que en cada visita tienen uno diferente. No lo pregunté, pero me hubiera llevado una botella de licor de jengibre!
El menú diario, variado, muy buenas raciones, bien presentadas, dejan satisfecho. 12 € entre semana, 15 € los fines de semana. Este es el menú que hemos probado en esta visita:
Los primeros:
Ensalada variada con vinagreta de mostaza |
Crujiente de pato con lombarda y mermelada de tomate |
Crema de brócoli y coco |
Los segundos platos:
Carrillera de cerdo, bizcocho de wasabi, crujiente de yuca y teriyaki |
Merluza al horno con hinojo, naranja y arroz glutinoso |
Pasta fresca con espárragos, setas y pesto de rúcola |
Y el postre, para golosos:
Mousse de turrón |
Brownie de chocolate |
Espero que os haya gustado. A nosotros nos queda probar de nuevo una noche los platos de la carta, en especial el de quinoa con queso feta, tomate seco, aceitunas de kalamata y diente de león frito, uno de los que gozan de mayor fama dentro de El Refugio.